martes, 21 de octubre de 2014

Me voy al Gym!!!

Hola chic@s, sabéis lo que os digo, me voy a apuntar a un gimnasio. Madre mía, cuántas veces habremos oído esa frase, ¿eh?. Como la mayoría de la gente, llegan los meses de septiembre y octubre y te propones apuntarte al gimnasio para perder esos kilitos cogidos durante el veranillo, pero claro, otra cosa es lo que dures apuntado.

¿No os ha pasado que siempre que vais a un gimnasio, está el típico "cachitas" en el mostrador enseñándote las instalaciones?, pero ¿de dónde salen?, porque yo solamente los veo en "Mujeres, hombres y viceversa" y allí.

La verdad es que no nos podemos quejar, ahora lo tenemos muy fácil, ahora está de moda hacer deporte, ahora tiene "glamour". Bueno y por supuesto, no vale con ir con cualquier trapillo, hay que ir con la equipación completa, tanto de ropa como de zapatillas, claro es que ahora hay zapatillas de "running", de "walking", de "spinning", de tenis, de padel, de aerobic, de fútbol... Total que, o te centras en un único deporte, o tienes que tener zapatillas a mansalva, porque ya no puedes ir a hacer deporte con esas bambas que llevabas hasta para salir de fiesta. 



 
La verdad es que yo llevo unos cuantos gimnasios a mis espaldas. Desde que acabé el B.U.P. he estado apuntada a más de uno, y por supuesto, he visto a unos cuantos "cachitas", jeje. 
Primero me apunté a un gimnasio junto con una amiga y asistíamos a clases de aerobic, parecía un pato mareao, porque encima te plantan delante del espejo para que veas lo fatal que lo haces, pero es, en este gimnasio, donde descubrí que las abdominales que yo conocía, que siempre me habían enseñado, no eran las correctas, que no hacía falta subir tanto, que simplemente con tumbarte con las piernas dobladas y subir un poquito el cuello, ya bastaba. El problema era que yo en lugar de hacer la fuerza con las abdominales, la hacía con el cuello, que mi amiga se partía de risa porque yo luego tenía agujetas en el cuello. No recuerdo lo que duré en ese gimnasio, pero no creo que fuera mucho. 


Luego me apunté a clases de aerobic en el IMD, iba dos veces por semana con otra amiga y, he de decir, que estas clases si que me gustaban mucho, que divertidas, allí aprendí aerobic de verdad, me encantaba ir, me dieron clases dos monitores un chico (que bueno estaba, se nos caía la baba a todas) y una chica, no recuerdo sus nombres, pero les felicito por el trabajo realizado. Me gustó tanto, que incluso llegué a participar en un "maratón de aerobic", si si, aunque parezca mentira, me sabía todas las coreografías.
Después de los 3 o 4 años que estuve apuntada a estas clases y de un tiempo de descanso, volví a apuntarme a otro gimnasio. Y es, en este gimnasio, donde me estrené con los aparatos, ¡que vergüenza me daba...! Allí estaban los típicos "musculitos" que están fijos en todos los gimnasios y, que tienen la manía, de poner el peso máximo en el aparato que utilizan, y luego llegas tú, y te toca quitar todos esos pesos (claro, yo no me ponía ni uno), en fin, que cuando quería empezar a hacer el ejercicio, ya estaba agotada. En este gimnasio tampoco aguanté mucho.

Ya luego tuve un parón, me quedé embarazada y tuve a mi hija, y como no, me volví a apuntar a un nuevo gimnasio, pero esta vez para perder peso. Me apunté a un método nuevo. Como ya no tenía tanto tiempo, probé un circuito que duraba media hora, había aparatos en círculo y lo que se hacía era, uno o dos minutos de aparato, y lo mismo de gimnasia con una monitora, y se iba rotando durante ese tiempo. Algo de peso perdí, todo hay que decirlo, pero era un poco tostón.

Después tuve a mi segundo hijo, y engordé bastante, pero lo que más me quedó fue barriga, por eso probé la "danza del vientre", pensé, así mato dos pájaros de un tiro, pierdo la barriga y aprendo movimientos sexys. Pero cuando llego el primer día de clase y me dice la profesora que si es que tenía algún problema de espalda (imaginaos como me movería), digo ya está, parece que esto no es lo mio. Pero sorprendentemente, a pesar de ese comienzo, estuve dos años apuntada, que divertido era, que sensualidad (por lo menos la de la profesora), me gustó mucho y aprendí a coordinar "algo" mi cuerpo.

Después de esto, lo dejé un año, y anda que no lo noté, me quedé acartonada y me comenzó a doler mucho el cuello y la espalda, y me recomendaron hacer pilates.
¡Que duro es pilates!, me apunté un mes y me quité, creía que no iba a aguantar, era con máquinas y llegaba a casa reventada, me temblaban hasta las pestañas. Pero me volví a apuntar, poco a poco las clases me costaban menos y yo me iba sintiendo cada vez mejor, estaba todas las semanas que no sentía las piernas, pero merecía la pena.

Y este verano "redescubrí" la bicicleta, si, ¡volví a montar en mi bici de hace 20 años!, y es que ¡¡¡me encanta la bici!!!, que libertad, que recuerdos... tanto me gusta, que me he comprado una nueva, una de esas que se doblan y la puedes llevar a cualquier parte. Chic@s no sé como he podido estar tanto tiempo sin montar en una, y como no, montar en bici también está de moda, y yo siempre siempre sigo la moda :P















Y con esto llegamos a mis clases de zumba, ya quería cambiar de deporte (por supuesto con sus zapatillas correspondientes) y ya os contaré que tal se me da. ¿Y vosotr@s, hacéis deporte?


Un beso muy fuerte y nos vemos en el siguiente post.


4 comentarios:

  1. Te tienes que presentar a un concurso o maratón de monólogos,nenaaaa ;)

    ResponderEliminar
  2. yo soy de las tuyas,me apunto y duro poco...no sé, no llego a engancharme...al final lo que me tira es irme a correr o con la bici por las vias verdes tan chulas que tenemos en Albacete...pero claro, cómo eso es gratis, no te obligas...argggg!!!! qué complicado!!!, mil besos y enhorabuena de nuevo por tu blog.
    Lorena

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues Lorena hay que aguantar, ya te diré si me engancha el zumba. Gracias y un besazo!

      Eliminar